jueves, 3 de enero de 2013

¿Año nuevo, vida nueva?


Nuevo año. Nuevos propósitos. Nuevas ilusiones. Nuevas decepciones. Nuevas luchas. Nuevas sonrisas. Nuevas lágrimas. Nuevos amores. Nuevos desamores. Nuevos momentos. Nuevos recuerdos. Nuevas personas. Nuevos miedos. Nuevas guerras. Nuevos desafíos. Nuevos canciones. Nuevas promesas. Nuevos viajes. Nuevo calendario. Nuevas carcajadas. Nuevos compañeros. Nuevos cambios. Nuevas esperanzas. Nuevas locuras. Nuevas tentaciones. Nuevos silencios. Nuevas miradas. Nuevos besos. Nuevos abrazos. Nuevas mentiras. Nuevas experiencias. Nuevas realidades. Nuevos lugares. Nuevos principios. Nuevos finales. Nuevas causas. Nuevas consecuencias. Nuevas virtudes. Nuevos defectos. Nuevos progresos. Nuevos retrocesos. Nuevos problemas. Nuevas soluciones. Nuevas novedades.

Contigo lo aprendió.

Digan lo que digan, el amor es una mierda. Te fijas en él y cuando te quieres dar cuenta no paras de pensar en cómo sonríe, en sus ojos, en cómo se coloca el pelo, en su forma de andar, en su olor, en su voz. La voz que te hacía feliz, la que nunca vas a volver a oír.

Pero entonces, ya es tarde, estás enamorada, y él también. De otra. Otra a la que besa, a la que abraza, a la que ofrece su chaqueta cuando tiene frío, a la que llama "idiota", a la que muerde el labio, a la que hace enfadar para luego consolarla, a la que cuida, a la que escucha, a la que ayuda, a la que llama "gorda", a la que quiere. Es a la otra a la que le enseña todo lo que aprendió contigo.

Sabes que todo ha acabado, que lo que tiene un principio también tiene un final. Pero a mí no me gustan los finales, nunca son felices. Es imposible encontrar la felicidad en que algo bueno haya terminado. Por eso creo que en el amor, las segundas oportunidades son una forma de abrir un comienzo donde había un final.